Muerte en abril by Alan Parks

Muerte en abril by Alan Parks

autor:Alan Parks [Parks, Alan]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga, Policial
editor: ePubLibre
publicado: 2021-10-15T00:00:00+00:00


* * *

El Royal estaba ubicado en la parte más alta de la ciudad, cerca de la catedral, y al igual que esta se trataba de un edificio monumental, formado por torres y grandes entradas, con sus piedras ennegrecidas por siglos de humo y polvo provenientes de las cercanas fábricas del East End.

McCoy tenía la impresión de haber pasado la mitad de su vida laboral en ese lugar. Ya fuese llevando a borrachos a Urgencias los viernes por la noche, cuando hacía la ronda, o interrogando a sospechosos esposados al cabezal metálico de una cama en habitaciones custodiadas.

Lindsay estaba en el ala John Slater, en la segunda planta. Se metieron en el ascensor con una mujer de mediana edad que llevaba un ramo de flores en una mano y un niño pequeño muy inquieto en la otra. Apretó el botón de planta.

—¿Qué tal se encuentra Mary?

—Ha convencido a su madre para que se quede con el pequeñajo tres días a la semana. Hoy ha ido al Record para ver si puede trabajar a tiempo parcial.

—No está mal. ¿Y tú qué piensas de eso? —preguntó McCoy cuando salieron al largo y aséptico pasillo.

—Creo que si quiere volver, si eso la hace feliz, tiene que volver. Además, Duggie adora a su abuela. Tiene un perrito, se pasa el rato encima de él cuando estamos allí. No creo que al perro le haga mucha gracia, la verdad.

Encontraron el ala correspondiente y una enfermera les indicó cómo llegar a la habitación privada. Estaban a punto de abrir la puerta cuando un hombre mayor de raza india, con bata blanca y un estetoscopio alrededor del cuello, salió de la habitación.

—¿Puedo ayudarles, caballeros? —preguntó.

McCoy le mostró su identificación policial.

—Queremos hablar un momento con el señor Lindsay —dijo. Leyó lo que indicaba la chapa en el pecho del hombre—. Doctor Basu.

El doctor Basu sonrió.

—Me temo que no va a ser posible —dijo—. Al señor Lindsay se le ha amputado una pierna por debajo de la rodilla hará cosa de una hora. A duras penas despertará de la sedación esta tarde y necesitará tiempo para recuperarse.

McCoy asintió. No podía hacer mucho más. Si estaba inconsciente, estaba inconsciente.

—¿Podremos hablar con él en algún momento?

—Mañana, a última hora de la tarde como muy pronto. Habrá que tener paciencia.

—Pero está bien, ¿no? —preguntó McCoy.

El doctor suspiró.

—Me gustaría decir que sí, pero pronto cumplirá sesenta años, ha sufrido un horrible accidente de coche y se le ha practicado una intervención importante. Vamos a tener que vigilarlo. Llame mañana por la mañana y le pondré al corriente de cómo van las cosas.

Se despidió y echó a andar por el pasillo.

—¿Y ahora qué? —preguntó Wattie.

McCoy comprobó la hora en su reloj.

—Demasiado pronto para ir a ver a Patsy Hearne. Podríamos acercarnos a agitar un poco la jaula de Meiklejohn.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.